Han pasado más de cuatro años desde que el Consejo Regional de Bournemouth (Gran Bretaña), diera luz verde al proyecto para la construcción de un arrecife artificial que mejorara las condiciones para el surf en la playa de Boscombe.
El proyecto de 1,4 M de libras ya está llegando a sus últimos retoques, con el anclaje y la adecuación del arrecife formado por sacos geo-textiles anclados a 225 m. de la orilla. Estos sacos cubren un área aproximada a la de un campo de fútbol y su efecto es el de crear un pico con olas de derechas e izquierdas, dándoles más fuerza y secciones con tubo, al toparse con un cambio brusco de profundidad.
La semana pasada ya se han visto las primeras olas sobre el reef, y algunos corcheros dieron fe de la buena pinta que está adquiriendo el nuevo reef. De esta forma, el de Boscombe será el primer arrecife artificial para surf en Europa, tras los precedentes en el mundo como Narrowneck y Cables (Australia), o el reef de Mt. Maunganui (Nueva Zelanda).